Los accidentes de tránsito cobraron la vida, el año pasado, de 5.796 personas, de los cuales 530 eran menores de edad. Pequeños que hoy podrían estar en el salón de clases, jugando en el parque o pintando una tarjeta para sus papás. Estos sucesos trágicos hubieran podido evitarse al tomar las precauciones y medidas necesarias para evitarlo, como el uso de cinturones y sillas de seguridad.
Bien protegidos
Lo primero que deben hacer los padres, dueños de vehículos, es invertir dinero en la compra de la silla de seguridad, aunque su uso no sea más que una recomendación incluida en las normas de seguridad vial.
Lo siguiente debe ser la preparación para emplearla. Por ejemplo, la silla correcta para cada niño es la que va de acuerdo con su peso y talla. Si no es la adecuada, el cinturón de seguridad puede quedar suelto y no sujetar al pequeño o, en el caso contrario, oprimirlo o cortar su respiración.
El Código Nacional de Tránsito prohíbe que los menores viajen en sillas delanteras. Pero más que hacerse merecedor de una infracción si no lo cumple, se pone en riesgo la vida de los niños, que, tras un choque, pueden salir despedidos por el parabrisas y morir o sufrir lesiones en la columna vertebral, por su fragilidad.
Sillas adecuadas
Durante los dos primeros años de vida (12 kilos), los pequeños deben ser transportados en una silla de seguridad que vaya en el sentido contrario a la marcha, es decir, con el bebé viajando de espalda, según el Fondo de Prevención Vial. De esta manera se protegen el cuello y la columna vertebral.
Desde los 2 hasta los 4 años (18 kilos) se usan sillas más grandes que miran hacia el frente. De los 4 a los 10 años debe emplearse un cojín que le permita al niño quedar elevado, para que el cinturón de seguridad no aprisione el abdomen. Jamás se debe llevar a los pequeños en brazos, porque nada garantiza que en caso de un choque lo pueda retener. No permita que los pequeños vayan de pie, ni jugando. La educación vial de los menores se aprende con el ejemplo que den sus padres.
El sistema Isofix brinda mayor seguridad
Todo vehículo que se precie de ser funcional debe contar con el sistema Isofix, que permite un mejor agarre de las sillas de seguridad, más allá de sujetarlas con el cinturón de seguridad. Este permite fijar la silla del bebé a los asientos del carro, a través de unos enganches anclados a la carrocería. Así, el pequeño viaja mucho más fijo. De esta manera se disminuyen los riesgos, porque mejora la estabilidad. Sin embargo, no todas las marcas de vehículos lo ofrecen. La pediatra experta en seguridad Olga Lucía Baquero no recomienda usar sillas de segunda, pues el desgaste disminuye la seguridad que esta brinda. También aconseja leer con atención las instrucciones y pedir ayuda al vendedor, pues otra de las causas de accidentalidad es su uso incorrecto. Estos elementos tienen una fecha de expiración o vida útil que consta en la etiqueta de compra. Por más corto que sea el trayecto, los pequeños deben estar protegidos y asegurados, pues los accidentes no avisan.
Edna Juliana Rojas H.
Redactora ABC del bebé
F eltiempo.com
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