Los precios oscilan entre 1 y 2 millones de pesos pero en últimas los resultados dependen del proceso acertado y profesional que se elija.
Respuesta: Cuando usted lleva su carro al taller para que lo pinten, nunca espera que se lo entreguen bicolor ni que su brillo disminuya poco tiempo después de la reparación. Entonces, se atiene a la calidad que -de palabra- le garantizan, y a las explicaciones que le dan sobre el tipo de pintura y los productos que van a utilizar.
Por supuesto que, como no es experto en el tema, cuando le hablan de poliuretano con tecnología 2K, o perlado con masillado, o metalizado bicapa, usted queda 'gringo', por lo que prefiere cortar 'de una' las explicaciones del 'maestro' con un "bueno, yo quiero que me quede perfecto, pero ¿cuánto vale eso? "En realidad, el precio es importante en la medida en que se conozcan las calidades y las cantidades de los productos que se van a aplicar, además del proceso que se va a seguir, el cual empieza en el mismo momento en que le reciben el carro en el taller.
Al respecto existe un promedio aproximado del precio que oscila entre 1 y 2 millones de pesos, calculados a partir de la utilización de productos de reconocida calidad, como son los de DuPont, PPG, Glasurit, entre otros, y también del tamaño del vehículo, pues no es lo mismo pintar un Renault 4 que una camioneta Dodge Durango, por ejemplo.
¡El alistamiento es clave!
El vehículo, primero que todo, debe pasar a lavado. Luego, a una zona de desarme de las partes afectadas que requieran latonería o que ameriten un cambio definitivo, o de aquellas que necesitan ser retiradas (boceles, logotipos y empaques) para pintar esos rincones donde la pintura nunca llega. Además de las que se deben cubrir para evitar los conocidos fogueados o 'pecas' (vidrios, espejos retrovisores, manijas y cilindros de puertas).
Así mismo, para la aplicación de los fondos, que son la base de la pintura, el vehículo debe ser trasladado a una zona de preparación de superficies, para después llevarlo a la cabina de aplicación del color, donde se inicia la tarea con las precauciones de limpieza y de aseo más estrictas.
Posteriormente, el técnico aplica el transparente o barniz que permite proteger y dar el brillo final, sin necesidad de pulir o relijar -igual que en la ensambladora-. Luego se pasa a la zona de armado y control de calidad, para lavarlo y entregarlo a plena satisfacción del cliente.
Por su parte, las cabinas cuentan con graduación de temperatura para secado, lo que permite un endurecimiento mucho más rápido de la película de pintura, y por supuesto, la entrega del carro a su propietario en menos tiempo del que normalmente se utilizaría.
Sobre la 'empapelada'... No es raro ver carros llenos de 'pecas' después de una reparación de pintura y menos aún, talleres donde utilizan el papel periódico, según dicen en algunos de ellos, para proteger las piezas que no se van a trabajar.Sin embargo, esta práctica tan común tiene graves consecuencias que han motivado una investigación más cuidadosa sobre nuevas tecnologías y materiales especiales para enmascarar, es decir, para evitar que otras partes se pinten sin necesidad.
Sobre la 'empapelada'... No es raro ver carros llenos de 'pecas' después de una reparación de pintura y menos aún, talleres donde utilizan el papel periódico, según dicen en algunos de ellos, para proteger las piezas que no se van a trabajar.Sin embargo, esta práctica tan común tiene graves consecuencias que han motivado una investigación más cuidadosa sobre nuevas tecnologías y materiales especiales para enmascarar, es decir, para evitar que otras partes se pinten sin necesidad.
En ese sentido, las películas de poliuretano son una buena alternativa, ya que -por sus propiedades- no permiten que el polvo y los contaminantes se adhieran sobre la superficie que se va a pintar.
También se destacan los sistemas de enmascarado líquido por atomización, que se aplican como si se tratara de pintura y se pueden retirar fácilmente de la superficie sin afectarla.
Lo interesante de estos materiales es que son económicos y reducen el tiempo y la utilización de cinta adhesiva. Adicionalmente, son resistentes a los disolventes de la pintura, no se rompen fácilmente y son distribuidos por medio de dispensadores, lo que -a su vez- mejora la organización y la limpieza en el taller. Aun así, las cintas no pierden su lugar y continúan como elemento fundamental a la hora de reparar la pintura. De hecho, el mercado ofrece varias referencias diseñadas especialmente para zonas difíciles como la de la apertura de puertas, el baúl y el capó.
Los talleres especializados cuentan con modernos sistemas de mezcla de pintura, los cuales permiten preparar e igualar colores con una grado de aproximación del 90 por ciento al original. El técnico calcula el diez por ciento restante de acuerdo con la edad del vehículo y con la degradación que causan los rayos ultravioleta y otros agentes externos. Así mismo realiza pruebas en probetas y tiene en cuenta la viscosidad de la pintura, la presión de aire, la temperatura ambiente y la humedad, para lograr la igualación del color.
F eltiempo.com
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