sábado, 14 de agosto de 2010

La crisis de las vías de la capital tienen en vilo a los ciudadanos

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Los bogotanos están cansados de la grave situación en que se encuentran las vías de Bogotá pues los huecos se han convertido en uno de los mayores. Y ni Transmilenio se salva. "No hay por dónde andar"

La semana pasada la sección vehículos presentó un informe sobre el grave estado y el abandono en el que se encuentra la entrada norte de Bogotá. El problema quedó planteado y a la espera de un padrino que se apiade y decida solucionarlo.

Ahora el turno fue para otras vías que también se encuentran en grave estado y de las cuales los conductores tienen varias quejas pues no solo son un peligro para el tránsito vehicular, aumentan los daños en la suspensión de los carros, sino que se han convertido en un foco crítico para la delincuencia.

Para comenzar la troncal norte, la cual desde que se construyó está en constantes reparaciones. Los conductores no solo tienen que soportar el tráfico de las horas pico sino que debe hacer largas filas para pasar por los pocos carriles que le quedan sin lona verde.

En un principio se 'reparchaan' los huecos de las losas. Este remedio resultaba peor que el mal, no solo quedaban montañas de cemento sino que este se parte y abre huecos peores y provocan daños más graves a los vehículos.

"Atravesar la autopista, en cualquier sentido, en un laberinto. Donde no hay obras, hay que ser hábil para esquivar desde el premier hasta el tercer carril los enormes huecos que aun presenta esta vía", comenta Guillermo Suárez, conductor de carro particular de la autopista norte. "Hay tramos en que no hay por dónde circular con tranquilidad."

A este problema el IDU le está haciendo enfrentamiento, lento pero más seguro. Ya no se trata de 'reparcheos' sino de mantenimiento de las losas dañadas. Y actualmente se encuentra haciendo mantenimiento a 100 losas, sentido norte a sur, desde la calle 160 hasta la calle 134 y a 78 losas desde la calle 119 hasta la calle 127. A pesar de este esfuerzo al parecer todavía hay muchas losas que pasan por alto y los daños siguen siendo muy evidentes.

Transmilenio está en las mismas

Para completar el problema, la solución de movilidad en transporte público es Transmilenio. Pero el carril de la troncal norte por donde transitan los buses articulados se encuentra en condiciones deplorables.

Según Transmilenio "el mal estado de la vías genera un grave problema para prestar buen servicio a los usuarios pues genera más de ocho minutos de retrasos en los servicios".
Además, evidentemente esto significa un aumento en los costos de mantenimiento de los buses, aunque calcular la cifra es una tarea muy larga pues Transmilenio funciona con un grupo de varios operarios.

A este carril también se le está haciendo obras. Según el IDU, en la troncal norte, sentido sur a norte, "el carril de Transmilenio se están realizando mantenimientos a 35 losas en el tramo de Los Héroes (recién inaugurado) y a 40 losas en la estación de Prado". El problema es que son tantos los frentes de obra, que los problemas y los huecos continúan y cada vez son peores.

CADA HUECO TIENE SU LADRÓN

La paciencia de los conductores de la capital está tocando fondo y no es para menos pues el mal estado de las vías estado de las vías les ocasiona muchos problemas.

Últimamente los huecos se han vuelto un nuevo medio muy eficiente para que ladrones hagan de las suyas con los carros y las pertenencias de los conductores que caen en ellos. Ya son muchos los casos de personas que caen en un hueco, deben bajarse a cambiar la llanta y son víctimas del ladrón que está esperando un nuevo 'papayazo'.

Además, el mal estado de las vías genera lentitud en el tráfico incluso hay lugares donde hay que detener por completo el automóvil para dar paso en los pocos carriles que quedan en buen estado. Se han presentado casos de atracos en las orejas de puentes vehiculares muy transcurridos, pues esta espera les permite a los ladrones romper vidrios y robar a los conductores que pacientemente esperan el paso.

"Ahora no solo tenemos que correr con el gasto de la reparación de las llantas o de la suspensión del carro, si que corremos peligro de ser atracados cada vez que cogemos uno de los huecos", confirma Ana, conductora y víctima de un atraco cuando se bajó a cambiar la llanta de su carro.


F eltiempo.com

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